Lees y te vas | | Alejandra Pedroza Marchena

4.11.12

De cuando una se conoce mejor y otros desaires de la distancia



Hay dolores emocionales que son tan profundos que logran abrir su espectro hasta convertirse en físicos.
Esos dolores son muy en el centro del cuerpo. En los huecos del pecho, en el costado izquierdo, donde el corazón.
Ahí mismo donde se juntan las alegrías.

Aprendí que hay otro tipo de amor, el que puede surgir en poco tiempo y fraternalmente brota hacia personas, que en la lejanía, se tiene, por lo menos, el idioma en común.

Aprendí que no existe ni existirá alguien a quien compartirle mis responsabilidades. Que la distancia hiere. Que el dinero vuela. Que la muerte es necesaria.

Aprendí a tolerar. Oficialmente aprendí cuánto aborrezco las discotecas, los patanes que se paran en la entrada y mucho de os asistentes que van en busca de sexo o de una ayudadita a su autoestima.

Aprendí lo mucho que me falta como persona y mujer.


Y lo patético que me ha resultado este blog que se traduce en diario personal, dirigido a quien no debería importarle.

3 comentarios:

Esto es: dijo...

No me lamento de no haber hecho lo que no hice, porque lo que no he hecho, es lo que me hace ser lo que soy.

Falta un mes para mi cumpleaños 21, exactamente un mes.

¡Feliz vida europea!

David dijo...

Me gusta leer tu blog por que a pesar de ser un diario personal creo que hay cosas con lo que uno se puede alegrar. Espero que todo valla bien por halla y a ver cuando te vuelvo a encontrar, un saludo desde GDL. :)

ZaIra !!! dijo...

Me encantan las imágenes que elegiste para el post.
Roja sigue disfrutando cada momento, nos representas a todos aquellos que soñamos con que nuestros días en Madrid llegarán